A continuación propongo siete nuevas reglas para enriquecer el fútbol y fomentar el ataque en vez de las tácticas defensivas. Algunas de ellas están tomadas del baloncesto, deporte que ha evolucionado mucho más y con mayor capacidad de adaptación a lo requerimientos de dinamismo y vistosidad de los deportistas y del público.
En primer lugar, propongo la división del campo en cuatro partes, con dos líneas discontinuas a mitad de distancia entre la línea de centro de campo y la línea de portería. Estas dos nuevas líneas (llamadas líneas de “tres cuartos”) tienen dos objetivos:
1. Delimitar las zonas donde puede existir el fuera de juego al cuarto de campo de la zona más ofensiva de cada equipo. De este modo, se evitaría parcialmente el célebre “achique de espacios” que tanto contribuye al centrocuentismo y a la rifa del balón en el centro del campo
2. Instaurar como nuevo tipo de falta el “campo atrás”, consistente en que si se ha rebasado la línea del centro, no se puede retroceder a la primera línea de cuarto de campo y si se ha rebasado la línea de tres cuartos, no se puede retroceder el balón más atrás de la línea de medio campo
Otras normas que propongo son:
3. La eliminación de barrera en el lanzamiento de faltas, de tal modo que, a petición del delantero, si una falta lanzada hacia la portería es tocada por algún jugador del equipo contrario distinto del portero, ha de repetirse.
4. La detención del tiempo corrido a partir del minuto 25 de la segunda parte, siendo desde entonces descontado cada segundo por una mesa arbitral, de forma similar al baloncesto.
5. La acumulación de faltas por un mismo jugador acarrea tarjeta amarilla. A partir de 3 faltas, tarjeta amarilla, al llegar a la 5, tarjeta roja, sin posibilidad de sustitución del jugador. La mesa indicará mediante un sistema de banderines o señales el número de faltas que lleva cometidas cada jugador.
6. Ampliar los cambios a 5 y permitir la vuelta al campo de cualquier jugador ya sustituido.
7. En eliminatorias o finales, que se resuelva el empate en función del número de saques de esquina provocados, contando solo los producidos en la prórroga; evitando de este modo la lotería de los penaltis. Esta acción, combinada con el Gol de Oro y la total eliminación de penaltis, forzaría a que ambos equipos se vuelquen en el ataque, en vez de ser ambos equipos más defensivos, como sucedía a veces con el Gol de Oro.